domingo, 29 de diciembre de 2013

La historia tras la mirada

CAPITULO 5:

Un año se cierra, un año nace, un año llega. Yo, Megan, sigo aquí esforzandome en pensar que este 2014 será mi año, el año para que todos aquellos que quiero encuentren su camino. Un año sin peleas, sin amores o con amores correspondidos. He decidido dejar atrás mis sentimientos por Collin ya que siempre aprendo de mis errores. Y creo que él es la palabra error y problema personificada. 

Últimamente pienso mucho en el verano. Y no en cualquier verano. Sino el verano de los 16. Verano. Como lo hecho de menos. Melody se ha ido a pasar las vacaciones de Navidad a París y yo me he quedado aquí, disfrutando de un buen chocolate caliente (¡a ella no le gusta el chocolate desecho!) y deseando que nieve para ver la ciudad cubierta de una blanca manta. 

Paseo por las calles de la ciudad. Y poco a poco me fijo en las expresiones de la cara de los peatones que pasan a mi alrededor. No se porque, pero estas Navidades no siento su espíritu. No tengo esa sensación de Navidad, de fiesta, de pasar a un nuevo año. 

Las luces se encienden y la gente sale a la calle. Es una sensación extraña la de este invierno. Salgo a la calle por la tarde y todo mi cuerpo se congela. Deambulo por las calles centrales de la ciudad ya entrada la noche y un calor sofocante llega a mi. No se si seré la única que presiente que las cosas estan cambiando. 

Los días pasan lentamente en vacaciones. Como un reloj estropeado. Así es como me siento. Me identifico con un reloj, o mas bien comparo las horas que transcurren con mi vida, con cada instante que vivo, que lloro o me rio. Hay momentos que marcan la vida y quiero que este 2014 marque la mía.

Feliz Navidad y 2014!




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