miércoles, 12 de marzo de 2014

Mis caminos a elejir

Alguna vez  has imaginado cerrar los ojos por un instante y que todo y todos desaparecieran. Encontrarte en un mundo vacío. Sin nadie en el que pensar. Donde los momentos duros dejaran de existir y que ya nada girara a tu alrededor, sino que tu giraras alrededor de todo.

Porque existen esos momentos en que crees que puedes con todo? En que piensas que nada te va a derrumbar, que nada te va a importar, que todo es nada y nada es todo. Esos momentos son posiblemente en los que más sufro. Por que aunque crea y de la imagen de fortaleza, algo por dentro va desmoronándose hasta convertirse en algo brillante en las pupilas de mis ojos. Y que poco a poco va creciendo hasta formar algo más sólido llamado lágrima. Este momento es en el que puedes escoger dos caminos opuestos. Hacerla desaparecer, con mucho esfuerzo y reteniendo todo lo que necesitas liberar, ahogando esa pena que te devora lentamente por dentro; o el segundo camino, más difícil de recorrer pero que se ha de realizar, porque sino esa liberación no llegará a culminar. Un camino en el que todo gira y da vueltas, y ves cada momento, cada fallo, cada mirada. Cada susurro y pensamiento. Un camino que pocos entienden, y que ni tu mismo sabes como has llegado hasta él. Las lágrimas van brotando lentamente y suspiro, con los ojos abiertos y empapados, pensando que he fallado y decepcionado a todo el mundo.

Ojalá algún día escuchando mi historia conmovedora comprendieran mi manera de hacer las cosas. No me han visto temblar, no se qué decir ni que hacer. A ver si algún día aprendo a dejar de cometer los mismos errores y a no fallar en mis decisiones.